Los seres humanos nos sentimos atraídos por la idea de las cosas sin terminar. Nuestra mente se desarrolló para ser capaz de imaginar el futuro y no sólo para experimentarlo. Por eso desde el comienzo de la Humanidad nos hemos preguntado si podemos vivir para siempre. Si la conciencia sobrevive a la muerte o si el Universo tiene un final. Son cuestiones fundamentales en cuyo corazón late un concepto fascinante: el infinito. Algunas culturas han mostrado tener miedo al infinito; en la naturaleza hay números tan grandes que asustan; el infinito inspira a los artistas; el símbolo matemático del infinito nació en el siglo XVII; el teorema de los infinitos monos dice que si un mono se pone a escribir a máquina al azar durante un tiempo infinito, acabará por escribir toda la obra de Shakespeare.