Con un brazalete subieron al podio los regatistas Fernando Echávarri y Antón Paz para recibir su oro olímpico en la clase Tornado. Solo unas horas antes, en Barajas se había producido uno de los accidentes aéreos más graves de las últimas décadas y 153 personas murieron conmocionando a toda la delegación española. La plata de esta prueba la conquistaron los australianos Darren Bundock y Glenn Ashby y, el bronce, para la pareja argentina formada por Santiago Lange y Carlos Espínola. Los españoles salieron en la regata final en posiciones intermedias pero desde el inicio demostraron que iba a por todas e incluso pasaron la primera baliza en primer lugar. Sus contrincantes por las medallas arriesgaron sin éxito el todo por el todo y aunque Paz y Echávarri llegaron cuarto fue posición más que suficiente para asegurarse el oro en el cómputo global.