Hoy visitamos Bangladés, uno de los países más pobres de la Tierra. 165 millones de habitantes apiñados en un territorio que se come el mar. Poblaciones enteras buscan refugio en las ciudades abandonando fértiles campos de cultivo devorados por la subida del nivel del mar y el periódico azote de los monzones. Este joven país da refugio -por si fuera poco- a millones de expatriados que huyen de la persecución en Myanmar y ocupan extensos campos de asilo mientras intenta alimentar a su propia población desplazada. Hoy conocemos a tres titanes que trabajan por mejorar la vida de la gente de este increíble país. Consolación Castro, ingeniera, construye infraestructuras en el mayor campo de refugiados del mundo con WFP; Mariana Santoyo, politóloga, trabaja en la protección de la mujer en los campos de refugiados rohinyas con el Fondo de Naciones Unidas para las Poblaciones y Laura Criado se mudó con su marido e hijos a Daca donde Plan Internacional atiende a los niños que habitan en los aba