Cuatro minutos marcaron el 11 de marzo de 2004. Los que transcurrieron entre las 7:37 y 7:41 de la mañana, cuando diez explosiones destrozaron cuatro trenes de cercanías de Madrid y las vidas de más de 2.000 familias, entre fallecidos y heridos. España se volcó para hacer frente al peor atentado de su historia y de las últimas décadas en Europa.