Se llamaba David Kozak, tenía 24 años, y ayer mató a 14 compañeros y profesores de la Universidad de Praga antes de pegarse un tiro. La policía ya lo había rodeado y con las imágenes de su actuación se defiende de las críticas por llegar tarde que ya arrecian en un país conmocionado. Los investigadores revelan el primer agente se presentó a los cuatro minutos del primer disparo, pero que tuvo que esperar por refuerzos. Kozak ya estaba en el radar, y el jueves todo se precipitó. Un amigo alertó de que se quería suicidar, pero los agentes llegaron tarde a casa: ya había matado a su padre y se había ido. La siguiente noticia que tuvieron de él fue cuando estaba disparando con armas de guerra en la facultad de Filosofía y Letras. Otra investigación paralela lo vincula al asesinato, hace una semana, de un padre y su bebé de dos meses en un bosque. Las p