Desde de hoy, por segunda vez en ocho meses, la mascarilla deja de ser obligatoria por la calle. Ya no es necesaria llevarla en espacios exteriores si se mantiene la distancia de seguridad.
Hoy por Santander sin embargo eran muchas las personas que seguían con ella puesta por seguridad.
Se trata de una medida controvertida que ha dividido a la población en dos: hay quienes consideran que es muy pronto para dejar de usarla y otros, con muchas ganas de desprenderse de la misma.