A orillas del Nansa encontramos uno de los valiosos conjuntos patrimoniales que guarda Cantabria, la Ferrería de Cades. Hoy hace quince años que se reabrió de forma permanente para que el público y los escolares puedan visitarla y conocer la dureza de la actividad y la vida de los ferrones en torno a 1750. También se visita el molino. En ambos casos, la actividad se reproduce tal cual se realizaba entonces. Juntos son uno de los pocos ingenios hidráulicos que se pueden ver en funcionamiento en toda España.