A finales de los años ochenta España se soprendió con una noticia. En Nepal, los monjes budistas, habían visto en un niño español la reencarnación de un lama tibetano. Al morir el Lama Yeshe, en 1984, sus discípulos visitaron el centro budista de Las Alpujarras, en Granada. Allí había nacido un bebé que parecía la reencarnación del Lama Yeshe. El Dalay Lama decidió que un niño español llamado Osel Hita era el nuevo cuerpo del Lama muerto. 20 años después, Osel, el niño Lama granadino ha abandonado los hábitos y ha regresado a España con su madre.