Lennon ya era un mito cuando lo asesinaron. Morir joven lo aupó en el altar de los incorruptos. Sin llegar a esa talla internacional, la mitomanía del pop-rock español está repleta de muertes prematuras. El número uno, Nino Bravo. Tras él, Cecilia: una noche de 1976, esta cantautora se estrelló contra un carro de bueyes en Zamora. Han pasado más de treinta años y sus fans la adoran en la red. La carretera también se llevó al mito del glam, Tino Casal. La carrera de otros músicos se truncó por enfermedades, drogas o un cóctel de todo.