Hace 34 años que España entera cambió las manecillas de sus relojes por primera vez. Las campañas publicitarias que promovían un consumo de energía responsable no eran suficientes y la crisis del petróleo de entonces obligó al país a cambiar su horario. Algunos aceptaron la medida con agrado, pensando que su nación avanzaba hacia el futuro, pero otros, sin embargo acogieron la medida con protestas.