Juan Pablo I fue el "papa breve". Su pontificado sólo duró 33 días. El 28 de octubre de 1978, apareció muerto en sus aposentos del Vaticano y su muerte estuvo y sigue rodeada de un halo de misterio y polémica. Pretendió llevar aires de renovación a la Santa Sede y se las tuvo que ver con los "tejemanejes" de la "Banca Vaticana" y sus negocios con el Banco Ambrosiano. El caso estalló cuatro años después. Juan Pablo I era un papa renovador y también intransigente con los escándalos económicos lo que, para algunos, pudo costarle la vida.