El Gobierno de España puso fin en 1996 al monopolio en las telecomunicaciones. Rafael Arias-Salgado era ministro de Fomento, bajo la presidencia de José María Aznar. El "boca a boca" contribuyó a afianzar en poco tiempo a las empresas competidoras en el mercado. Quince años después de la liberalización, en muchos pueblos españoles todavía no es posible usar el teléfono móvil por falta de cobertura.