Se trata de una increíble reliquia arqueológica, un hallazgo excepcional, conservado en un pantano danés durante más de 2.500 años. El Hombre de Tollund es una momia natural que ofrece un peculiar encuentro cara a cara con el pasado. Cuando contemplamos este rostro dormido que ha sobrevivido milagrosamente a los siglos, nos vienen a la mente un sinfín de preguntas: ¿De dónde procede? ¿Quién era? ¿Cómo vivió? ¿Qué hacía aquí, en la turba, con una soga al cuello?