Tras el infarto de Antonio, Julio no ha querido perder la ocasión de presentarse en el hospital y ofrecerle todo su apoyo. En un momento así, Olga necesita más que nunca el apoyo del menor de los Quintero. Iker está más acorralado que nunca. Ni el CNI ni la comisaría de distrito sur pudieron intervenir para salvarlo. Al menos hasta que no encuentren las pruebas suficientes con las que incriminar al narco colombiano y meterle entre rejas.