Ante el estrés del lanzamiento del nuevo negocio, Julio ha tenido que hacer frente a un nuevo ataque de ansiedad. Esta vez, el menor de los Quintero lo ha pagado con Olga, quien se encontraba junto a él en el momento del incidente. Toño corre peligro tras conocer que el propietario de los diamantes ha tomado represalias. Por ello, ha decidido atrincherarse en la frutería de Jesús junto a él y su hijo para asegurarse de que la información que poseen no llega bajo ningún concepto a comisaría.