Lidia y Néstor creen haber encontrado con un par de candidatas para ser las próximas mulas que entren droga en la cárcel. Gael está preocupado porque en un futuro puede acabar como Quique por estar en manos de Lorenzo. Isma no puede dejar de pensar en Cata y decide llegar hasta el fondo de la cuestión, el encanto se vuelve a romper justo después de contarle que es policía. Vega planta cara a Hanna, harta de sus constantes preguntas.