Isidro es llamado a declarar por la pelea en el pub y no tiene más remedio que contárselo a Noemí. El Fantasma cumple con su patrón y se cobra una nueva víctima masculina. Irene se arrepiente de haber entregado sus trenes, pero Noemí le dice que no puede recuperarlos. Saúl está dolido con su padre y le planta cara, pero Isidro evita el confrontamiento.