El calor aumenta cada día y el Serengueti se va secando. Desde que llegaron las grandes manadas, el bebedero es el lugar donde se reúnen sus habitantes pero cada día hay menos agua y algunos comienzan a estar en apuros. Kali, por fin, está tranquila ya que ha vuelto con la manada que la había expulsado. Aquí sus cachorros están protegidos. La roca de los babuinos está ahora extrañamente desierta. Sólo hay saltarrocas y un solitario babuino: Bakari, que buscó aquí refugio después de enfrentarse al líder. Cuando una gran tormenta provoca un devastador incendio, Kali se verá nuevamente obligada a huir y Bakari se reencontrará con su cría adoptada.