John recibe toda la herencia de su padre pero ha prometido ayudar generosamente a su madrastra y a sus tres hermanastras, a quienes debería otorgar una buena dote para conseguir marido. Pero la mujer de John reduce las dotes y las echa de casa, poniendo a las mujeres en una situación muy complicada. Encuentran una casa, más humilde de lo que están acostumbradas, junto al mar. Allí, unos parientes lejanos son su compañía y se encargan de buscar marido a las dos mayores. El Coronel Brandom se interesa por Marianne, la mediana. Elinor, la mayor, está enamorada de Edward, hermano de su cuñada, a quien ha conocido recientemente y ha dejado atrás, sin saber si volverá a verle.