Diana y Salvador tienen un objetivo: recuperar los viñedos. Y solo hay una solución: jugarse en una partida de cartas la Casa Silva. Con el permiso de Blanca y Celia, Salvador se juega el futuro de las Silva. Mientras, las tres hermanas esperan expectantes el regreso de Salvador con buenas nuevas. Al final, el marido de Diana llega a casa con las escrituras de la casa y de los viñedos. Por otro lado, Julio, que fue quién metió a Salvador en el problema, hace justicia y, pagado por Cándida, mata a Marina, aunque es finalmente la propia Marina quién le pide que acabe con ella cuanto antes. Por su parte, Elisa intenta suicidarse después de darse cuenta que no podrá seguir la relación con su hermano Gonzalo, pero todo queda en un susto, y Celia regresa de Barcelona con la noticia de escribir una novela, aunque su mundo se desmorona cuando Cata le dice que está comprometida con su novio y no puede seguir con ella.