Mientras todos piensan que Salvador está en la bodega, Julio y él se van de juerga. Pero no cuentan con que un testigo incómodo les descubra a su regreso: Rosalía. El ama de llaves promete guardar el secreto. Sin embargo, Salvador no tiene todo ganado frente a Diana. Y es que ha llegado a sus oídos la fama de Julio, por lo que pide a Salvador algo muy difícil para él. Rodolfo, viendo que su estado se deteriora, decide ingresarse en el hospital pese a la oposición de Amalia, a la que culpa de lo que le ocurre para que le deje marchar. Mientras, Diana se ocupa de la fábrica. Ante la preocupación de los obreros por el futuro de Tejidos Silva, Diana decide reunirlos para asegurarles que su puesto no está en peligro. Por otro lado, Celia sigue en Barcelona ajena a lo que sucede entre Cata y Andrés, que se reconcilian sin darse cuenta de que Simón les observa. La incontinencia verbal del joven hace que