Un ilusionado Cristóbal enseña a Blanca su nueva casa. Sin embargo, para Blanca las cosas están yendo demasiado rápido. Tras los consejos de Adela, Blanca se anima a confesarles la verdad a sus hermanas: si no se ha fugado a Suiza ha sido por permanecer junto al hombre que ama, Cristóbal. Por su parte, Diana considera que su inminente boda con Salvador ha de valer para atraer nuevos clientes a Tejidos Silva. Para ello, han de hacer una boda por todo lo alto. Salvador no está de acuerdo, pero acaba aceptando la idea, aunque tan solo sea por no volver a discutir con la Silva. Antonia teme que su hijo Gabriel sea detenido tras su duelo con Don Luis. Los celos de éste le empujan a poner en aviso a Francisca: si él no ha denunciado a Gabriel es tan solo por una cuestión de honor. Finalmente, y ante la inminente lectura del testamento de Don Hilario, Elisa fantasea con su futura herencia. Pero a la pequeña de las Silva le