Don Ricardo no logra entender cómo la fábrica de las Silva puede seguir funcionando al mismo ritmo que antes, cuando ahora cuenta con muchos menos trabajadores y con un solo turno de trabajo. Con temor a que finalmente averigüe que son ellas las que trabajan por la noche y a escondidas, Diana decide abordar a Don Ricardo para descubrir a qué se debe este renacido interés de su tío por la situación económica de Tejidos Silva.