Matilde recibe como un jarro de agua fría la noticia de que Brígida no existe. Ante tal suceso, lo tiene decidido: ingresa en el sanatorio. Aunque, sin embargo, ¿por qué conserva la papiroflexia que supuestamente le dio ella en persona? Al menos por su parte, Íñigo recibe la buena noticia de Celia acerca de poder invitar a Estrellita Castro al Madrid Cabaret. Previamente, el paso de la cantante por la tienda de gramófonos es todo un éxito. A su vez, Laurita esta encantada con Agustín, algo que el empresario teatral le hace saber a Celia, para su disgusto. De amores va el asunto, y tiene que ser Miguel quien le haga ver a Marta los cambios que está llevando a cabo Salvita para gustarle. Una de cal y otra de arena para Miguel, ya que su suegra, la madre de Trini, Leonora, se presenta por sorpresa en su casa. Por último, Matilde vuelve a recibir un nuevo mazazo: Marta no ha conseguido encontrar a Brígida.