Qué dichosa es la vida a veces, puesto que Teresa sigue trabajando en La Moderna, pero lo hace sintiéndose despedida. Mientras Trini consigue dar esquinazo a Esperanza acerca de su embarazo, Elías se propone conseguir que la boda finalmente se lleve a cabo, y por eso incluso les encuentra una iglesia donde celebrar la ceremonia. En otros negocios de la galería, como en La Goleta de las Letras, Marta comienza a ver la empatía que hay en Salvita. Laurita, la dueña de la tienda de gramófonos, invita a Agustín a un café, y, fruto de la pasión, se dejar llevar y terminan dándose un beso. Esa pasión es la que ve Antonia en el abrazo entre Pietro y Lucía. Por último, hay dos personas que, a su manera, no terminan de dar crédito a lo que están viendo. Por un lado, Fabio tiene que afrontar la verdad sobre Carla, y según el doctor de Matilde, su amiga Brígida no existe.