Doña Bárbara sigue pensando que su hija no debe dejarse llevar por sus emociones con Íñigo. A su vez el propio Íñigo creerá conveniente que Matilde como Clarita se muden a su casa con él, toda vez que Matilde consiga convencer a su hermana de que tienen que cambiarse de domicilio. Matilde, por lo tanto, dirá adiós tanto a su casa cuanto a su trabajo en La Moderna. En el interior del Salón de té, Sagrario y Esperanza continúan chocando la una con la otra; y Laurita y Celia siguen trabajando en los retratos a los trabajadores del local. En una nueva jornada en el Madrid Cabaret, parece que el problema del ladrón lo ha resuelto Marcel, con unos métodos que no son del agrado de César. Además, Marta le reconocerá a Antonia que está encantada con su nuevo trabajo.