Marta no cree conveniente denunciar a su tío Higinio, de la misma forma que Iñigo no quiere formar parte de negocios que involucren a Aguirre. En La Moderna, la idea que tuvo Pietro de ponerle nombres a los helados parece que ha gustado a don Fermín, y esta cuestión ya será un nuevo acicate laboral entre Esperanza y el italiano. Sin embargo, las ganas que tiene la encargada Teresa de ver a su periquito Aquiles, contrastan con las negativas que le viene dando Miguel para no devolvérselo. El mal de amores ataca de nuevo, y Luisa al verse con Emilio no se sentirá con las fuerzas suficientes como para hablar sin tapujos sobre lo que sienten. Algo similar que también detecta Marta con Pietro hacia Antonia; y un hecho que Matilde no quiere dejar escapar, y sin más preámbulos acudirá hasta el apartamento de Íñigo para aclarar las cosas entre los dos.