Elías empieza a sospechar de su compañera Trini. Al ir a visitarla, acaba descubriendo unas zapatillas de hombre en su casa, aunque su propósito es hacerle ver que su único camino de baldosas amarillas debería llamarse Cañete. ¡Por su parte Miguel le acaba de confesar a Teresa que en el pasado fue cura! Hasta la corrala llegan corriendo Raimundo y Pablo tras haber dado un nuevo golpe. Estos trabajillos le seguirán reportando un dinero que cada vez lo tendrá más difícil para esconderlo. Más aún si tenemos en cuenta que Luisa ya encontró lo que tenía guardado en la habitación. Menos mal que el hijo de Rosario podrá obtener consuelo en Manuel, quien comienza a ganarse su confianza. Últimamente por la corrala está pasando gente extraña y Antonia, como ya le ocurriera a Matilde, va a tener a alguien que la perturbe con su presencia. También don Ja