Laurita empieza a ampliar sus conocimientos y desempeños en el Salón de té a la misma velocidad que su relación con Fernando Collado comienza a despegar, gracias al buen hacer que la joven se gasta con el cine. Recordemos que a Elías lo dejamos creyendo que las dos notas que se encontró en el local estaban escritas por Laurita para él. Un descanso de sus obligaciones es lo que necesitará Íñigo, solicitándole a don Jaime que le permita ausentarse unos días para así poder ir a visitar el cuartel donde teóricamente estuvo preso su némesis Aguirre. Y, mientras don Jaime tiene que lidiar con los días libres de Íñigo, don Fermín se enfrentará a su propia conciencia por si obró de buena fe o no en el despedido de Antonia. Bajan revueltas las aguas por la corrala puesto que Rosario se quedará sin una de las escaleras que ella limpiaba, Luisa