Marta y Touri empiezan este viaje visitando el santuario de la Virgen de la Cueva, lugar que dio origen a la popular canción. Justo antes de irse, Marta se queda enganchada de la espalda y deciden ir a una farmacia. Touri se hace un lío con las cantidades, provocando que Marta se pase todo el día bajo los efectos eufóricos de la medicación. En la impresionante Casa Dragón de la sierra Calderona, Touri tiene que ir corriendo detrás de Marta para que se baje del tejado y cuando se acercan a ver el muro de trencadís que está construyendo Antonio Muñoz, Marta experimenta una especie de epifanía artística. Cuando visitan la fundación de Salvador Mollà, Marta alucina con las esculturas y en el Acueducto de la Peña Cortada Marta saluda a un grupo de personas de la asociación Hispania Romana convencida de que son romanos de verdad. Por último, visitan el Museo de historia natural del Colegio la Concepción de Ontinyent, donde descubren una impresionante colección de animales disecados.