Para contar la historia de un padre y una hija que trabajan mano a mano, Ruralitas se traslada a Zabal, un pequeño pueblo de Navarra. Allí, Jesús es artesano de toda la vida y Amaia acaba de licenciarse en diseño. Juntos han creado lámparas de vanguardia, a partir de piezas de roble de viejas barricas. Además de la belleza y la utilidad, para ellos es fundamental el mensaje. Se trata de un producto de ecodiseño, porque es responsabilidad de todos construir un futuro sostenible. Que su hija se haya quedado a su lado, corrobora la creencia de Jesús: se puede crecer profesionalmente desde el rural. Continuando con la innovación, el programa se traslada a Zamora donde Álex ha montado una granja de caracoles. El motor de este proyecto fue emprender en las tierras que habían pertenecido a su familia y, por ello, regresó al pueblo y puso en marcha una explotación helicícola con una superficie de más de tres mil metros cuadrados.