Durante una de las mayores DANAS que han azotado Mallorca, dos expertos barranquistas descienden el torrente de Na Mora con fuerte caudal. Uno de ellos desaparece en una de las últimas pozas. Su compañero pide auxilio. Bomberos, greims y grupos de submarinistas acuden en su busca. Trabajan con rapidez y en equipo. Cada minuto es vital para el desaparecido. Pero el viento, la tormenta y el agua embravecida dificulta las tareas de rescate y pone en peligro a todos los socorristas. El agua que baja con fuerza del barranco choca con las olas del mar que entran con ahínco. Con el paso de las horas y los días, el temporal no cesa y moverse por el barranco es una labor de riesgo extremo. Aun así, la búsqueda por tierra, mar y aire no se detiene. Y los métodos empleados se multiplican. Por otro lado, en Benasque entran dos llamadas de auxilio de dos personas desaparecidas en lugares diferentes de los Pirineos. El equipo de rescate barre las zona