Los Greim de Benasque reciben una alerta de dos accidentes en el pico más alto de los Pirineos, el Aneto. Su glaciar presenta en verano un suelo helado, que supone un riesgo para aquellos montañeros que suben sin la equipación adecuada: crampones y piolet. En una pendiente de 30 grados, los rescatadores auxilian a varios montañeros que han resbalado por el hielo, perdiendo incluso una zapatilla. Las labores de rescate se realizan con las máximas precauciones, por la inseguridad de caminar en la placa del glaciar y la inestabilidad del helicóptero para aterrizar entre las rocas y el hielo. Además, en 2007 una espeleóloga sufre una herida grave a 600 metros de profundidad y 5 kilómetros de la boca de una cueva de Isaba, Navarra. El rescate fue uno de los más complicados de la zona. Acudieron 150 especialistas, que necesitaron varios días y técnicas sofisticadas para socorrer a la mujer.