A poco más de 30 kilómetros de Bristol, y enclavado en la campiña de Gloucestershire, se encuentra la pintoresca localidad de Wickwar. El pueblo prosperó históricamente gracias al comercio de la lana, que proveían las granjas de la zona. La llegada del ferrocarril en 1844 hizo que fuera más fácil obtener bienes y productos desde Bristol y Birmingham, lo que dio pie a que surgiera una gran cantidad de nuevos negocios. En la calle principal, un empresario de la ciudad supo aprovechar estas nuevas oportunidades y abrió una tienda de telas y alimentación.