Todo lo que somos nuestras emociones, recuerdos, sueños y pensamientos es el producto de los impulsos eléctricos de nuestras neuronas. Si pudiéramos encenderlas y apagarlas a voluntad, alcanzaríamos un conocimiento más profundo de cómo el cerebro controla nuestro comportamiento.El novedoso procedimiento se llama optogenética. Opto, porque utiliza la luz como agente inductor, sirviéndose de unas proteínas fotosensibles, llamadas opsinas, y genética, porque consiste en insertar unos determinados genes en las neuronas, para hacer que reaccionen a los estímulos lumínicos.Lograr una respuesta tan rápida y selectiva es un objetivo largamente buscado por los biólogos celulares. La neurociencia pone así, al alcance de la mano, una suerte de interruptor cerebral tan simple como una llave de la luz o el botón de un mando a distancia.Unos hablan de la posibilidad de rescatar del olvido el primer beso, de recuperar engramas conceptuales y evocar tiempos pasados. Otros, de las