Muchas veces pasan años antes de que los descubrimientos a priori sin relevancia de un científico sean admitidos como fundamentales para el progreso de la ciencia. Por eso los premios Nobel llegan tarde en la carrera de un investigador. El tiempo y los estudios posteriores demostraron que los hallazgos de Avram Hershko explicaban cómo organizan nuestras células su sistema de destrucción y reciclaje. Se pudo observar que la vida, en el interior de un organismo, se mantiene por un ciclo de construcción, desintegración y reaprovechamiento gracias a auténticas plantas de reciclaje microscópicas.