Los misioneros se encarnan en el pueblo tanzano para atender sus necesidades espirituales. Con el apoyo y la ayuda material de Manos Unidas, ONG de Desarrollo de la Iglesia Católica, también les proporcionan las herramientas necesarias para reducir las desigualdades y mejorar en salud y educación en las zonas rurales más alejadas de la civilización.