El Monasterio de Santo Toribio descubre al visitante un cachito de Tierra Santa en el valle de Liébana. Una fe, marcada por la Cruz del Señor, que se ve reflejada en la entrega de fundaciones, como San Martín de Porres, que trabajan por la reinserción social en un antiguo monasterio de Loeches. Para ello cuentan con el apoyo espiritual de sus vecinas, Carmelitas Descalzas, que cultivan la vida de oración y de trabajo desde el convento “chico”.