En 1917 el misionero José Álvarez llegó a la selva amazónica peruana. La vida de este dominico es una auténtica epopeya, por las condiciones en las que transcurrió. Fundó misiones, contactó con pueblos indígenas, y se convirtió en un mito para los nativos. Para ellos era su "apaktone", su "papá viejo".