Los peregrinos que recorren hoy el Camino de Santiago tienen un signo especial. Sus pisadas dejan huella en Año Santo, tiempo de renacer a la esperanza. Tras una pandemia que nos ha zarandeado el alma, el tiempo jubilar se presenta como una oportunidad para la iglesia misionera y en salida. Un llamado a reencontrarse con la fe de manera profunda y trascendente.