Rafael Armada, es un joven misionero español que llegó hace ocho años a Sudáfrica. Vive en el este del país, cerca de la frontera con Mozambique. Su misión tiene 22 poblados y cuatro grupos étnicos en un extenso territorio dónde los católicos son muy pocos. Rafael está haciendo frente al grave problema de los niños huérfanos por el sida. En Agincourt, por ejemplo, el 40% de las embarazadas son portadoras del virus.