El viaje del papa Francisco a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur ha puesto en el mapa a estos dos países en guerra. Una llamada a la paz y a la esperanza que pasa por el perdón y la reconciliación con gestos concretos como los que llevan sembrando desde hace más de 50 años los Misioneros Combonianos y la Congregación de los Sagrados Corazones.