Pipper, el perro viajero, llega a Segovia con un objetivo: conocer la Colección de Títeres Francisco Peralta. Allí descubre otros monumentos amigos de las mascotas, como el adarve de la muralla, y logra que la Real Casa de Moneda también se abra a familias con perros educados. Durante su viaje, conoce a Nara, una perra bombera ya jubilada; acompaña a Pablo a comer a un restaurante de comida tradicional segoviana, y juntos se lanzan a una excursión en canoa por las Hoces del Duratón.