El corazón del Mediterráneo alberga la mayor de sus islas, Sicilia. Tres míticos mares de resonancias ancestrales la rodean. A través del Tirreno, del Jónico y del Mediterráneo fluyó la sangre de las diversas culturas que la alimentaron y ella las acogió con deseo. Bajo la omnipresente mirada del volcán Etna se desarrolló la civilización y la vida. El volcán impregnó a los sicilianos su carácter, lo apetecible de su fertilidad y lo misterioso de sus cenizas. Sicilia ha sido durante largos períodos de su historia una tierra dominada, pero como todas las islas ha superado tal circunstancia contraviniendo todos los tópicos. Otra realidad ha empañado la apariencia de Sicilia, la existencia de la mafia. Popularizada hasta el extremo por su implantación en la isla y en algunos de los inmigrantes que llegaron a EE.UU., el cine norteamericano ha hecho famosos en el mundo entero algunos de los nombres de los pueblos sicilianos abandonándolos a un mundo oscuro que se resiste a desaparecer. Pelíc