Trieste alcanza una gran importancia en el siglo XVIII al convertirse en el puerto del imperio Austrohúngaro. La antigua y aislada Trieste se transformó en una bulliciosa ciudad coincidiendo con la decadencia de Venecia. Su situación en una frontera sujeta a continuos cambios transformó a Trieste en un crisol de idiomas, ideas y tradiciones. Sus raíces italianas y austriacas forjaron su espíritu emprendedor, clásico y elegante. Contenido disponible hasta el 30 de noviembre de 2023.