La muerte de Juan sume a los Valbuena en la desolación. Los ideales de Lucía, que se siente culpable, se tambalean, y no quiere seguir con su misión como espía doble. Pero dejar el espionaje no es fácil y ambos bandos la presionan. La guerra en Europa avanza cruenta y genera un éxodo clandestino ilegal de evadidos. La Guardia Civil, a las órdenes de Francisco, tiene que encontrar a los que huyen y detenerlos. Peter y su equipo, intentarán sacar a una familia judía del país, sorteando los controles, y enviarlos a Argentina. Ese también era el destino soñado por Juan y Amparo, por lo que Lucía les obligará a que se ocupen también de ponerla a salvo a ella. Se lo deben a Juan. Pero todo se tuerce y Lucía tendrá que ayudar a Amparo y sortear la estricta presión de los nazis, que cada vez le piden más. Esto la colocará en una posición muy peligrosa con Schneider. Por otro lado, la presión soportada por Cinta en todo este tiempo estalla y, por fin, todos sabrán su secreto.