Nos encontramos con un guardia de tráfico que parece sacado de una cajita de música de las que se regalaban cuando hacías la Primera Comunión. Esto es lo que ocurre cada día en la ciudad filipina de Pasay, en el cruce de las calles Odessa y Macapagal, donde un guardia regula el tráfico con unos divertidos pasos de baile que ya quisieran imitar en cualquier academia de danza.