La misma agua que se llevó a sus seres queridos y gran parte de sus propias vidas es en la que se sumerge ahora el fotógrafo Yasuaki Kaki. Ya lo hizo un mes después del desastre, y el fértil paisaje de la región de Iwake que él recordaba no estaba allí: los restos del desastre copaban el fondo submarino. 16/04