En la década de los 80, en España, había sitio para todo. Sobre los escenarios, en la televisión y en las verbenas convivían felizmente "clásicos" y "modernos": junto a la explosión de la Movida permanecían los artistas de siempre como Manolo Escobar o Lola Flores a quienes, en los 80, se sumó El Fary. El Fary fue el último representante genuino del género cañí que cosechó un enorme éxito popular en una década marcada por la modernidad. Al mismo tiempo, surgieron artistas como Paco Clavel o Martirio que reciclaron y actualizaron el universo cañí con una mirada transgresora: lo reivindicaban y desmitificaban a la vez, tanto en la temática de sus canciones como con su vestuario y atrevida puesta en escena