Aunque nació en 1986, la corriente aún no es muy conocida en España. Estamos hablando de la "slow food", un moviento de reacción ante la invasión de la "fast food". El caracol de su logotivo es bastante significativo: llevamos a cuestas lo que comemos y una correcta nutrición necesita su tiempo. Tiempo en la mesa para comer y tiempo en el mercado para leer la procedencia y composición de los alimentos. Según la web oficial de este movimiento, sin ánimo de lucro, la corriente ha llegado a más de cien países y cuenta con ochenta mil seguidores en todo el mundo. Siguiendo su rastro, hemos visitado el "Rincón Lento" de Guadalajara, donde se ha abierto una puerta de entrada a la nueva y directa relación agricultor-comensal. (15/02/10)